¿El principio del fin?

Y, de repente, la jornada da un segundo vuelco informativo tras la captura y muerte de Muamar el Gadafi. Son las siete de la tarde. Entra en la redacción como un rayo la noticia del nuevo comunicado de ETA. La revelación de The Guardian se confirma. Twitter comienza a echar humo. Las redes sociales, una vez más, adelantan al hasta ahora inalcanzable teletipo para contar que ETA deja las armas. 

Imagen: captura de pantalla de Gara.net.

Inmediatamente, quienes sentimos este oficio sabemos que estamos ante una situación única, histórica. Y vivirla en un medio de comunicación, por modesto que sea, aporta un valor añadido para un hecho que hoy es noticia y mañana formará parte de la historia. Un hecho que se recordará con independencia del tortuoso camino que ahora se abre. 

A los pocos minutos cambia la entrada de ETA en la Wikipedia. Casi a la vez que cambia la configuración del periódico para dar cabida al torrente de información que se viene encima. Un ejercicio de coordinación entre cabeceras y aportes de información para tratar de ofrecer el mejor análisis pese a la premura de los hechos. 

No es una disolución. No es una entrega de armas. Pero es  un avance inédito hasta el momento. Ahora comienza un largo camino por la memoria de las más de 800 víctimas mortales de más de 40 años de terrorismo. Los medios informativos, de nuevo, estarán para contarlo. 

Tu nevera te define

Nuestros actos de consumo nos definen. La ropa que vestimos, el coche que conducimos (o no) y, por supuesto, nuestro carrito de la compra. No hay más que echar un vistazo a las distintas jaulas metálicas sobre ruedas a cualquier hora en el supermercado. Unas llenas a rebosar de verduras, otras de precocinados y algunas con la mescolanza de productos de primeras marcas y gama blanca.

Y es que la compra es definitoria de quien la realiza y su familia. Sus opciones, sus gustos, quedan plasmados en una tira de papel térmico al que no se suele dar importancia salvo para los expertos en psicología del consumo, mano derecha de publicistas y grandes empresas de alimentación. Pero una cesta de la compra no sólo habla de gustos. También de poder económico, formación, educación y estilo de vida, entre muchas otras cosas. 

El artista Mark Menjivar, experimenta con una exposición fotográfica del contenido de neveras anónimas en Estados Unidos. You are what you eat (Eres lo que comes) refleja a la perfección cómo la cesta de la compra nos diferencia de los demás. Aquí tres ejemplos:

Foto: Exposición You are what you eat. Mark Menjivar. 

La primera se corresponde con un matrimonio en el que uno de sus miembros es profesor de ciencias, justo una semana después de decidir consumir productos locales. La segunda, de un barman que se acuesta a las ocho de la mañana mientras que la tercera se corresponde con un hombre anuncio que sobrevive con poco más de 400 dólares al mes. 

Las fotografías de You are what you eat, expuestas en varias ciudades de Estados Unidos, fueron tomadas en viviendas al azar mayoritariamente en el estado de Texas. El artista pedía que no se añadiera o quitara nada del refrigerador. Entre las fotografías, también se encuentran la de la nevera de un periodista. El artista sostiene que las neveras suponen un espacio privado, tal y como recoge la primera diapositiva de la muestra.

These are portraits of the rich and the poor.  Vegetarians, Republicans, members of the NRA, those left out, the under appreciated, former POWs, dreamers, and so much more.  We never know the full story of one’s life.

No dejen de echar un vistazo al resto de la página del artista. Entre otras ideas, Menjivar recoge en uno de sus apartados lo que comió para desayunar, almorzar y cenar durante todo un año.